Críticas

Crítica de “El tiempo contigo”

“El tiempo contigo”, la prueba de fuego de Makoto Shinkai

El 29 de noviembre aparecía en carteleras españolas la esperadísima película de Makoto Shinkai, Tenki no Ko, o como se ha traducido aquí, El tiempo contigo. Tras la aclamada Your Name, tanto a nivel nacional como internacional, el siguiente trabajo del director nipón estaba en boca de todos y, 3 años después, al fin la hemos podido disfrutar y no ha dejado indiferente a nadie.

Hotaka Morishima es un estudiante de secundaria que se muda a Tokio para dejar atrás su vida en una isla aislada del mundo. Allí conocerá a Akina Amano, una chica con el misterioso poder de manipular y controlar el clima a su antojo

Tras muchos años de carrera y reconocimiento, con películas tan fantásticas como “El jardín de las palabras” o “5 centímetros por segundo”, muchos veían en Makoto Shinkai al sucesor del grandioso Hayao Miyazaki. Cineasta de anime capaz de poner a este en lo más alto y cautivar a todos por igual. Su cine no bebe del misticismo y folklore japonés del que fue director del Estudio Ghibli, pero su trato de las relaciones personales, del amor, la búsqueda de la identidad y los elementos fantásticos que sí que congenian con la obra de Miyazaki, han dado lugar a una fórmula que tocó el cielo con Your Name y que El tiempo contigo también presenta. ¿Habrá alcanzado la excelencia de su predecesora?.

Escena de "El tiempo contigo", lo nuevo de Makoto Shinkai

Lo primero que hay que dejar claro es que, si te gustó Your Name, está también lo hará. Makoto repite las claves de su anterior trabajo, algunas más perfeccionadas que otras, creando una historia (dramática hasta decir basta, como de costumbre) más accesible y directa en cuanto al desarrollo de la historia y de la relación de los protagonistas que en sus primeros trabajos. Con la inmensidad de Tokyo otra vez como escenario, Makoto nos regala cuadros instantáneos en cada frame del film, una calidad visual portentosa a la altura de Your Name como poco. El rebote de las gotas de lluvia en el suelo; las majestuosas vistas de los rascacielos; los vívidos cielos en todas sus formas y colores con tifones, tornados y toda clase de fenómenos atmosféricos; y un sinfín más. Aspecto técnico impecable y exquisito. Solo por su belleza estética merece ser vista.

Además, Shinkai tiene mucho arte a la hora de representar el día a día de sus personajes y aquí lo ha vuelto a demostrar. Se siente lo sufrido que es vivir en una gran capital como Tokyo, las costumbres y creencias de los japoneses, su forma de entender las relaciones personales… gracias en parte a la participación y relevancia en la historia de los personajes secundarios que Shinkai les ha dado, estigma que se había asociado a toda su filmografía y que ahora sí ha resuelto con mayor elegancia y naturalidad. Especial mención a RADWIMPS, grupo que pone alma y música por segunda vez consecutiva en una película de este director para volver a hacer magia.

Sin embargo, con todo esto, Makoto ha ido a lo fácil. No ha arriesgado. Era su momento para volver a sorprender y consolidarse en la élite del cine. No se ha atrevido. O, quizás, es que no es capaz. A pesar de que el planteamiento y desarrollo del drama de la película, junto a los vínculos amorosos y afectivos que se van tejiendo entre los personajes y a un apoteósico y lacrimógeno tercer acto (nunca antes había sentido tanta emoción con un silencio en una sala de cine) están francamente bien llevados, es demasiado parecida en su forma a su gran éxito. Por no decir que el contratiempo fantástico no alcanza las cuotas emocionales que sí lograba su hermana mayor.

En resumidas cuentas, no es tan efectista, ni creo que sea tan especial como otras de sus obras. No hay que restarle mérito, aún con todo es de lo mejor del cine de animación que se ha hecho este año. En este mercado del cine en el que solo se premia la animación cuando se tratan de secuelas y refritos de Disney, nos toca ser exigentes. Y con Makoto, aún más. Puede que, en un tiempo, cuando la resaca del éxito empiece a desvanecerse, Shinkai retome ese cine de autor donde cada una de sus obras, era una experiencia totalmente nueva.

Pablo Méndez
Estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual en CEU Cardenal Herrera, Valencia. Amante del cine, el anime y las series. Deseoso de compartir mi pasión al mundo y poder vivir de ello.

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